
Hace tiempo creo haber leído en el foro sobre la conveniencia o no de acantonar las tropas dentro de las ciudades. Por experiencia (corta) sé que a veces no queda más remedio. Por ejemplo, en una retirada ante fuerzas superiores sino puedes escapar o después de una dura batalla para reponer cohesión. Si así lo haces, no evitas el paso de tropas enemigas por la región pero obligas al atacante a asaltar tus posiciones o preparar un asedio, que quizás no le convenga, mientras esperas la llegada de refuerzos.
Excepto en estos casos, o algún otro, yo no suelo hacerlo porque, según tengo entendido, un ejército o división dentro de una estructura obviamente no puede maniobrar como en campo abierto y la ventaja de estar atrincherado dentro se pierde por este motivo. ¿Me equivoco?
El caso es que mi contrincante lo utiliza constantemente.

Juego de confederado y a pesar de algunos traspiés, la velocidad de mis tropas y en su momento la agresividad, me ha permitido sorprender más de una vez a mi rival. Pero una y otra vez, cuando se ve apurado, se atrinchera dentro de las ciudades con una o dos divisiones e incluso Cuerpos de Ejército. No puedo continuar mis avances dejando a estas tropas a mi retaguardia por lo que no me queda más opción que asaltar la ciudad o retirarme. Después de algunas asaltos muy sangrientos y dado que al sur no le sobran hombres y recursos, he decidido pensármelo dos veces antes de tomar por asalto una estructura con menos del triple de fuerzas que el defensor. E incluso así, el éxito no está asegurado si el rival se encuentra bien atrincherado.
En los casos en los que me he podido permitir preparar un asedio, he comprobado que si la ciudad es de nivel 3 o inferior consigo abrir brecha en poco tiempo. En una ciudad mayor, parece imposible hacerlo, incluso con la artillería adecuada.
Todo este palique viene a cuento porque he perdido Richmond.

En un ataque de sondeo el yanki la ha tomado porque me ha expulsado de la región al tener mi ejército la orden de defensa y retirada. Si hubiera tenido tropas dentro de la ciudad, mi rival tendría que asaltarla en el turno siguiente para conquistarla, lo que me hubiera posibilitado lanzar un contraataque a sus tropas cansadas y mermadas después del asalto.
Han pasado dos meses y Hooker sigue dentro de Richmond con una fuerza de 1600 y, supongo, un atrincheramiento de al menos 4. Lo asedio con dos cuerpos de 1400 mientras el resto de mi ejército y el suyo se mantienen a la expectativa en el Potomac.
Mi moral está por los suelos, no recibo apenas reemplazos, se acerca el invierno y hasta dentro de 7 turnos no puedo movilizar más tropas.




Estaba pensando en comprar lo que pueda de artillería de asedio, pero como antes comentaba, no sé si conseguiré abrir brecha. El asalto directo parece descartado porque una derrota desequilibraría la relación de fuerzas. ¿Se podría rendir por hambre si está totalmente rodeado? En definitiva:
¿Qué me aconsejáis? ¿Qué opináis, para futuras partidas, sobre la conveniencia de atrincherarse dentro de las ciudades con grandes fuerzas? De la eficacia de los morteros y de vuestra experiencia en la guerra de posiciones que, según parece, se convierte la contienda a partir de un determinado año.
Perdonad este rollo pero... todo iba tan bien para la confederación en el verano de 1863

Hasta que perdí la capital.

Un saludo