Mayo de 1776: aguas revueltas en el Sur
El escenario protagonista en este turno son los Estados del Sur. Antes de ir a ver cómo ha ido el asalto a
Savannah y mi intento de huir de
Augusta es preciso hablar del asedio que el americano pone sobre
Norfolk.
Los americanos se han movido hacia esa ciudad y establecen un asedio. Aunque el ejército enemigo no es muy potente mis tropas son inferiores numéricamente con lo que
Lord Dunmore vuelve a estar de nuevo en apuros. El asedio me causa mucha desazón ya que los suministros de reserva se han quedado a la mitad en un solo turno y esto pinta mal si no recurro a alguna ayuda. Siempre me queda la opción de salir de
Norfolk por mar ya que en esa ciudad tengo unas barcazas pero sólo pueden moverse por
aguas costeras y no están pensadas para adentrarse en el océano. Así que si me veo obligado a evacuar la ciudad tendré que moverme al sur o al norte pero no podré ir muy lejos, no llegaría a ninguna ciudad o puerto en manos británicas, lo que hace la aventura muy arriesgada porque implicaría tener que desembarcar en alguna provincia despejada de tropas enemigas e intentar conseguir suministros rápidamente.
Vamos a ver qué ha ocurrido en
Augusta.
Pues ha ido mal. La unidad no ha podido darse a la fuga y ha sido totalmente destruida. Es el primer revés serio y doloroso que sufro en la partida. Vendrán muchos más, estoy seguro.
Veamos el combate:
La derrota provoca la caída de la moral nacional británica ya que la unidad contaba con elementos de élite (granaderos) y supone una pérdida de prestigio. Primer revés serio en las Trece Colonias. Como dije en el turno anterior el meter a esta unidad en este “agujero” fue un error muy grave. Nunca hay que dejar en guarniciones muy expuestas con unidades británicas de este tipo a menos que sea capaz de romper el asedio rápidamente. Tendría que haber renunciado a la ciudad y haberla enviado a alguna zona menos expuesta o haberla tenido en movimiento hasta la llegada de más refuerzos. Es un error que pocas veces me veréis cometer ya que es algo que tengo bastante metido en la cabeza pero en este caso subestimé lo que
Maulet podía tener en la zona y no anduve nada espabilado ordenando eso.
Veamos qué ha pasado en
Savannah. La Flota se acerca y desembarca a las tropas, que una vez en tierra se sitúan en formación de asalto. La Flota utiliza como cobertura varios barcos de guerra para cañonear la ciudad y dar apoyo a la infantería.
El primer asalto tiene éxito y 2 de los 3 elementos milicianos presentes son abatidos. Hay una unidad de cañones navales en la ciudad pero no son comparables a los que hay fortificados en
Charleston y de poco sirven contra un ataque desde tierra.
En la segunda batalla se consolida el asalto y se toma la ciudad.
Toda la milicia rebelde queda abatida y la unidad de cañones es capturada.
Veamos la imagen general.
Savannah cae en mis manos y consigo capturar la unidad de cañones navales enemiga en el asalto. Además gano PCs ya que es una ciudad portuaria cuya conquista permite incrementar el tráfico comercial británico. La acción de
Lord Charles Cornwallis es recompensada y se le ofrece una
promoción. Visto que es de los pocos mandos decentes que tengo ahora mismo en todas las colonias, le condecoro y lo promociono a
Comandante en Jefe, que se hará efectivo en el turno siguiente. Con esto tendré dos Comandantes en Jefe para el siguiente turno:
Lord Cornwallis y
Sir William Howe, ambos en puntos muy distantes de las colonias (uno en el norte y otro en el sur profundo).
Con la caída de
Savannah puedo tener una base bastante segura de operaciones y realizar campañas hacia el interior, como por ejemplo hacia la misma
Augusta que acaba de caer en manos enemigas. No obstante en este turno el ejército de
Lord Cornwallis descansará ya que ha perdido algo de cohesión en la operación de asalto y debe reponer algunas bajas. Luego ya pensaré cuál es mi siguiente línea de acción. Estoy muy tentado de embarcar y ayudar a
Lord Dunmore en
Norfolk pero como he dicho las tropas de
Lord Cornwallis están faltas de cohesión y el viaje por mar duraría unos 20 días, lo que agravaría todavía más la situación para cuando intentaran romper el asedio.
La siguiente noticia importante es la llegada de
la expedición a Canadá a manos del
General Burgoyne. Si os acordáis Burgoyne estaba en Hatford, en Connecticut, cuando recibió la orden de volver a casa para liderar justamente esta expedición que acaba de llegar.
Burgoyne es un caso muy particular. Es de los pocos mandos británicos que goza de un gran abanico de bonificaciones: es experto en
caballería, sus hombres le adoran (
admiración) y es
valiente (incrementa la cohesión de las tropas). Normalmente la gran mayoría de mandos que tengo no tienen bonificaciones especiales o las que tienen son bastante penosas. En Canadá por ejemplo tengo un mando lastimoso que es lento, muy precavido…un desastre y como veréis más adelante me llegarán líderes que incluso tienen mal carácter y acarrean problemas de mando. Pero en contraste con el abanico de habilidades que bonifican a sus tropas,
Burgoyne tiene unos niveles estratégicos/ofensivos/defensivos tirando a mediocres. Pero aquí lo veis, comandando un ejército para realizar una expedición desde Canadá. Estos ingleses…
Vamos a ver de qué está compuesto este ejército expedicionario.
La novedad es la presencia de
mercenarios alemanes (fichas de color lila). Los británicos históricamente obtuvieron muchas enseñanzas de la batalla de
Bunker Hill, a mediados de 1775, cerca de
Boston. La principal conclusión que sacaron es que el coste de utilizar soldados profesionales para tratar con tropas irregulares era muy elevado, de manera que una forma de sortear esas bajas tan sensibles en enfrentamientos de ese tipo era reclutar tropas mercenarias para así poder hacer frente a las posibles pérdidas de una forma rápida y sin necesidad de tener que entrenar y adiestrar a nuevos reclutas. En aquel momento varios de los estados alemanes ofrecían sus servicios militares al mejor postor y los más conocidos eran estados alemanes de
Brunswick-Wolfenbutel y
Hesse.
Históricamente participaron unos 30.000 alemanes en la contienda y a todos ellos se los apodaba como “
hessians”, básicamente porque la gran mayoría de los alemanes mercenarios procedían del estado de
Hesse y porque el temor a los “hessians” se hizo tan extensible que la visión de un uniforme alemán llevaba inevitablemente a llamarlos a todos como “hessians”, lo fueran o no. Es algo parecido a lo que ocurrió en la 2ª GM, donde la visión de un tanque alemán llevaba a pensar automáticamente que era un
Tiger, tan temidos llegaron a ser.
En el caso de la expedición a Canadá casi todos los alemanes son del estado de
Brunswick-Wolfenbutel. Se trata de 4 regimientos, para ser concretos:
1) Regimiento Prince Friedrich.
2) Regimiento von Rhetz.
3) Regimiento von Specht.
4) Regimiento von Riedesel.
Además está la presencia de un regimiento de Dragones (Príncipe Ludwig Ernst), un batallón combinado de granaderos (von Breymann) y un batallón de infantería ligera (von Barner). A esto hay que añadirle el regimiento Hesse-Hanau (hessians) y algunas unidades Jägers.
Las tropas mercenarias alemanas eran muy temidas en toda Europa, especialmente los hessians. Si bien el ejército británico estaba considerado como el mejor del mundo, los hessians estaban considerados como los mejores soldados del mundo. De hecho el estado de
Hesse era una especie de “
Esparta” al estilo alemán y en pleno siglo XVIII. Dicho Estado vivía para la guerra y una de las ocupaciones más habituales entre la población era hacerse soldado desde muy joven y labrarse una carrera militar. Gran parte de la población se dedicaba al arte de la guerra y de eso vivía el estado de Hesse. El mejor postor se ganaba los servicios de sus regimientos y de ello los diversos príncipes de Hesse sustentaban gran parte de sus finanzas.
Entrenados para la guerra y altamente disciplinados, los hessians eran muy temidos especialmente en el uso de la bayoneta. La crueldad con la que se portaron y el ensañamiento de que dieron muestras en sus primeras participaciones en la contienda les dieron una fama de soldados temibles. Hay cierta admiración y debilidad por los hessians desde el punto de vista histórico, tanto que se han escrito muchos libros especializados sobre estas unidades mercenarias que colaboraron con los británicos en la guerra de independencia americana. Su estricto código de honor, de profunda lealtad y de respeto hacia sus superiores, nos recuerda una época donde el arte de la guerra era mucho más que matar al enemigo y salir victorioso. Personalmente me atraen mucho, no sé si debido a la fama que arrastraban de ser el mejor soldado del mundo o bien por otros motivos más oscuros. Muchos son los jugadores que sienten esa predilección por los hessians y que les llaman poderosamente la atención. Sin duda tienen un glamour especial y supongo que notaréis mi debilidad por ellos a medida que vayáis leyéndome de ahora en adelante. También el famoso hecho de armas que tuvo lugar en la
batalla de Trenton, con el
cruce del río Delaware del
General George Washington, ha dado pie a que los hessians fueran más conocidos y que tengan un papel importante en la épica y la historia de los Estados Unidos.
Además de estas tropas mencionadas, el general
John Burgoyne dispone de Granaderos de élite británicos (tropas de asalto), así como dos carros de suministros, dos unidades de artillería y diversas unidades de infantería de línea británicas.
Aunque visto así este ejército parece bastante temible lo cierto es que todas las unidades presentan unos efectivos inferiores a su potencial real. Algunos de los regimientos de infantería constan sólo de algunos batallones, siendo únicamente la artillería el componente que está al 100% de su potencial en esta expedición. Prácticamente todas las unidades alemanas están al 50% de su potencial y sólo algunas llegan al 75%.
Además hay que tener en cuenta que el destino de esta expedición no es un lugar de fácil acceso. Como ya expliqué en los primeros turnos del AAR, la zona del
lago Champlain y
Fuerte Ticonderoga es un lugar salvaje, muy difícil de travesar, sin caminos ni rutas de fácil acceso. Incluso los indios tienen problemas para suministrarse en esta región, sobre todo cuando las condiciones atmosféricas se complican. La forma más directa de transportar las fuerzas por esta zona es usando una flota de barcazas para navegar a través de las aguas poco profundas del
río Richeliau hasta el
lago Champlain y luego desembarcar cerca de
Fort Ticonderoga. No obstante el margen temporal para poder realizar operaciones militares no es muy grande ya que en el Canadá el invierno llega rápidamente y el deshielo se produce mucho más tarde, así que el margen es estrecho y hay que ser muy previsores.
Difícil tarea la de
Burgoyne. De momento ordeno que su Flota se mueva hacia el
Quebec, acción que llevará todo un mes. No hablaré de esta expedición hasta dentro de unos turnos ya que el viaje que le espera es largo y tedioso. En esto el WiA refleja perfectamente las dimensiones de este país y lo complicado de la geografía, especialmente si hay que moverse por el Canadá.
Veamos ahora la situación en los estados de New Hampshire, Connecticut y Massachusets.
Sir William Howe no consigue progresos y además tengo la mala suerte de que se queda inactivo cada turno sí y el otro también. Así es imposible asaltar
Cambridge. La próxima vez que se active ordenaré un asalto, estoy perdiendo el tiempo innecesariamente. Tiene tela que este mando sea el Comandante en Jefe de las fuerzas británicas en
Nueva Inglaterra. Su tendencia a la inactividad más su “habilidad” (entre comillas, dicho irónicamente) de ser lento (reduce un 25% la movilidad de las fuerzas bajo su mando) le hacen un mando pésimo para los movimientos estratégicos de largo recorrido y en una carga más que una ayuda.
La sorpresa como veis transcurre en la parte inferior de la imagen donde aparece un escuadrón naval rebelde, seguramente barcos corsarios, comandado por
John Paul Jones. No sé si esta escuadra pretendía pasearse a ver que “pescaba” o bien quiere hacerse a la mar y dirigirse a piratear a los mercantes del “shipping box” de Nueva Inglaterra para intentar entorpecer mis ingresos de PCs. He ordenado a
Lord Richard Howe que se pasee por la zona en
postura ofensiva pero será complicado poder lidiar con esta escurridiza flota corsaria. Acelero el desembarco de los refuerzos llegados desde
Halifax por si las naves rebeldes deciden tocar las narices.
Resumiendo se puede decir que la situación está subiendo mucho de temperatura. La llegada de refuerzos británicos y de los mercenarios alemanes tanto en el sur como en el norte permiten contemplar la posibilidad de realizar operaciones más ambiciosas y se hace necesario empezar a pensar por adelantado, sabiendo cuál es el mejor momento para realizar operaciones militares antes de que el tiempo se complique de nuevo. Esto se verá muy claro con la expedición al Canadá. Cualquier mala decisión o retraso puede provocar un desastre, incluso que un ejército desaparezca por culpa del frío y las pésimas condiciones logísticas de la zona. Esto es algo que ocurrió en la realidad con la expedición de
Burgoyne, que finalizó con la derrota en la batalla de
Saratoga después de un largo periplo que llevó a su ejército a un desgaste tremebundo por un terreno inhóspito y en condiciones pésimas.
En próximos turnos se esperan más refuerzos para las tropas británicas, así que la situación ya se puede considerar como de guerra total en las Trece Colonias. Ambos bandos están concentrando más refuerzos y levantando más levas y milicias, así que es de esperar un incremento de la actividad militar a lo largo de lo que queda de año. Será crucial ver cómo los británicos pueden desenvolverse en sus operaciones ofensivas y cómo responderán los rebeldes ante la llegada de tropas tan profesionales.
Finalmente, aunque no pongo imagen, me gasto PCs en reclutar una unidad de mercenarios alemanes, que aparecerá como siempre en
Halifax, donde ya hay una pequeña flota para transportarlos a
Nueva Inglaterra.