Durante la Guerra de la Independencia, los iroqueses, con pocas excepciones, se habían unido abiertamente a Gran Bretaña para proteger sus tierras. Junto con las fuerzas Realistas (Tories), habían devastado las fronteras de Pensilvania y Nueva York. Los ataques más sangrientos tuvieron lugar en 1778 en el valle de Wyoming al noreste de Pensilvania y en el Cherry Valley al norte de Nueva York.
En 1779, el general George Washington desarrolló un plan estratégico de represalia. Aunque buena parte de la actividad militar había pasado a las colonias del sur, el ejército de Washington estaba virtualmente bloqueado con la observación y vigilancia del ejército británico atrincherado en la ciudad de Nueva York. Washington apostó que un rápido ataque en el corazón de los territorios iroqueses del centro del estado de Nueva York eliminaría a un importante aliado británico sin debilitar de forma significativa sus propias fuerzas fuera de Nueva York. De hecho, esta expedición sería la única campaña de importancia de 1779 en el norte. Después de la negativa de varios oficiales, el mando recayó en John Sullivan.
En menos de 4 meses, la operación fue un éxito. Una precisa planificación, suerte, buen tiempo y oficiales experimentados a la cabeza de tropas bien entrenadas y disciplinadas contribuyeron a la victoria de Sullivan. Los americanos adaptaron sus tácticas para hacer avanzar una gran fuerza por las regiones salvajes. Aunque la expedición devastó las cosechas y las ciudades iroquesas y les dejó a merced de los británicos para el invierno, un oficial escribió entonces que “los nidos han sido destruidos, pero los pájaros han levantado el vuelo”. Los iroqueses continuaron sus ataques devastadores hasta el final del conflicto, pero la guerra rompió el poder de la Confederación Iroquesa. Después de la guerra, la mayor parte de las tierras iroquesas serían absorbidas por los Estados Unidos.
EXPEDICIÓN DE SULLIVAN
La Expedición de Sullivan, también conocida como la Expedición de Sullivan-Clinton, fue una campaña liderada por el Mayor General John Sullivan y el General James Clinton contra los Realistas (Tories) y las cuatro naciones de los Iroqueses quienes se habían decantado por el bando británico en la Guerra Revolucionaria Americana. LA expedición se dio en el verano de 1779 y sólo tuvo una batalla de importancia, en Newtown junto al río Chemung, al oeste de Nueva York, donde alrededor de unos 700 Iroqueses y Tories fueron decisivamente derrotados por un ejército de casi 4000 soldados Continentales. El ejército de Sullivan entonces llevo a cabo una campaña de “tierra quemada”, destruyendo metódicamente al menos cuarenta poblados iroqueses a lo largo de lo que es hoy la parte norte de Nueva York, en represalia de los ataques iroqueses y Tories contra los asentamientos Americanos en el principo de la guerra. La devastación creó gran penuria para miles de iroqueses refugiados fuera de Fort Niagara ese invierno, y muchos pasaron frío y hambre hasta morir. Los supervivientes huyeron a las regiones británicas en Canada, a las cataratas del Niágara y la zona de Búfalo.
TRASFONDO
Cuando comenzó la guerra, los oficiales británicos así como el Congreso Continental (americano), buscaron la lealtad (o al menos la neutralidad) de la influyente Confederación Iroquesa. Las Seis Naciones no se pusieron de acuerdo en cómo seguir. La mayoría de Mohawks, Cayugas, Onondagas y Senecas eligieron aliarse con los británicos. Pero los Oneidas y Tuscaroras, gracias en parte a la influencia del misionero Presbiteriano Samuel Kirkland, se unieron a los revolucionarios americanos. Para los Iroqueses, la Guerra de la Independencia se convirtió en una guerra civil.
La tierra de los iroqueses estaba en la fronttera entre el Canada británico y las colonias americanas. Después de que los británicos rindieran su ejército en Saratoga y el norte de Nueva York en 1777, los Realistas y sus aliados iroqueses realizaron incursiones en los asentamientos americanos independentistas en la región, así como en los poblados de iroqueses aliados con los americanos.
Desde Fort Niagara, hombres como el comandante Tory, el coronel John Butler; Sayenqueraghta; Joseph Brant, Capitan Mohawk; y el jefe Seneca “Plantador de Maiz” (“Cornplanter”) lideraron los ataques “Tory-Indian”. El comandante en jefe, el General George Washington nunca proporcionó un número sustancial de tropas regulares para el ejército defensor de la frontera, diciendo que los colonos de la frontera debían usar milicia local para su propia defensa.
El 10 de junio de 1778, los planes del Congreso Continental concluyeron que lo más importante de la guerra contra los indios había concluido. Desde que la guerra defensiva había demostrado ser inadecuada, propusieron una expedición de envergadura de trece mil hombres contra Fort Detroit, y una fuerza similar para ir dentro del país de los Seneca para castigar a los iroqueses. El congreso designó al Mayor General Horatio Gates para liderar la campaña y conseguir fondos. Los planes se fastidiaron y la expedición no tuvo lugar hasta el año siguiente.
El 3 de julio de 1778, el Coronel Butler lideró a sus Rangers con una fuerza de senecas y cayugas (comandados por Sayenqueraghta) en un ataque contra el valle de Wyoming, en Pennsylvania (un granero rebelde situado junto al río Susquehanna), prácticamente aniquilando a los 360 defensores en el fuerte Forty.
En septiembre de 1778, la venganza por la derrota en Wyoming fue tomada por el Coronel Thomas Hartley quien, con doscientos hombres, quemó entre nueve y doce poblados de senecas, delawares y mingos, a lo largo del río Susquehanna, al noroeste de Pennsylvania.
En septiembre de 1778 los Rangers de Butler atacaron German Flatts destruyendo las casas y campos en la zona.
Las represalias por parte de los americanos fueron pronto tomadas por el ejército rebelde bajo mando de William Butler y John Cantine, quemando un sustancial número de poblados indios en Unadilla y Onoquaga, en el río Mohawk.
El 11 de noviembre de 1778, el capitán Realista Walter Butler (hijo de John Butler) lideró dos compañías de Rangers junto a 320 iroqueses liderados por “Plantador de Maíz”. También incluía 30 mohawks liderados por Joseph Brant. Asaltaron el valle de Cherry, en Nueva York. Mientras el fuerte fue rendido, los indios comenzaron a masacrar civiles en el pueblo, matando y arrancando la cabellera a 33 personas, incluyendo mujeres y niños. Brant fue culpado del ataque cuando en realidad él intentó evitar los abusos. El pueblo fue saqueado y destruido.
La masacre en el valle de Cherry hizo ver al bando americano que había que hacer algo en la frontera de Nueva York. Cuando los británicos comenzaron a concentrar sus efsfuerzos militares en las colonias del sur, en 1779, Washington vio la oportunidad de lanzar una ofensiva planeada contra Fort Niagara. Washington primero ofreció el mando de la expedición a Horatio Gates, el “Héroe de Saratoga”, pero Gates declinó el ofrecimiento. El Mayor General John Sullivan, en quien Washington tenía confianza a pesar de una carrera militar discreta, fue quien asumió el mando. Las órdenes de Washington a Sullivan fueron claras en el sentido de que los iroqueses debían ser aniquilados por completo (ordenes de George Washington al general John Sullivan, en el cuartel de mando, el 31 de mayo de 1779):
La expedición para la que ha sido designado como mando principal, es para operar contra las tribus hostiles de las Seis Naciones Indias, con sus socios y adheridos. Los objetivos inmediatos son la total destrucción y devastación de sus asentamientos, la captura de tantos prisioneros como sea posible, sea cual sea su edad. Será esencial arruinar sus cosechas ahora en los campos y evitar que puedan plantar más.
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(pero con los indios! :indien 
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